Cuando compras un coche nuevo, lo más habitual es que tu concesionario te entregue dos copias de la llave de coche: una simple y muy sencilla, y la otra con mando y controles remotos.

Sin embargo, cuando compras un coche de segunda mano no suele ocurrir lo mismo. Puede que haya quien sí cuide esos detalles pero, siendo sinceros, por norma general, solo se entrega una llave. En ese caso lo más probable es que desees hacer un duplicado.

Pero, ¿cuál es la mejor opción para tu segundo juego de llaves? Esperamos que este artículo sea de utilidad para contestar tu pregunta.

Puntos a favor de la llave de coche simple

A priori puede parecer que lo más sofisticado es siempre la mejor opción, pero la llave de coche simple también tiene sus ventajas.

Por un lado, es más económica y rápida de duplicar. Así que la inversión de tiempo y dinero se reduce a la mínima expresión a la vez que cumple con su propósito.

Y, por otro lado, es menos probable que necesite mantenimiento. Como su mecanismo es extremadamente simple, no suelen dar fallos de ningún tipo.

Las ventajas del mando con controles remotos

Claro, un mando con controles remotos es toda una experiencia diferente. Es una llave, pero también ofrece la comodidad de abrir o cerrar a la distancia.

Imagínate que ya te has alejado del vehículo cuando no recuerdas si lo cerraste o no. En vez de ir hasta el coche de nuevo y comprobarlo (lo que harías con una llave simple), con un simple toque en el mando despejas todas las dudas. Y ese solo es uno de los casos en los que resulta práctico.

En resumen, podríamos decir que, en lugar de escoger entre una llave de coche simple o un mando, la mejor opción es disponer de ambas. Recuerda que es muy peligroso contar únicamente con una sola llave que en cualquier momento puede extraviarse.

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